José Luis "El Poroto" Saldaño
Reportaje de Patria Sabalera:
Título:
“ojalá que lleguen”
El día estaba iluminado con un sol que pretendía darnos algo de calor poco frecuente para este efímero otoño que se acaba, pero el viento estaba bastante fuerte y se hacia sentir en este mediodía del 14 de junio, el que será muy recordado en la historia del fútbol de la parcialidad colonista, y por que no, de toda la ciudad futbolera. En pocos minutos, se inaugura el predio deportivo mas grande de Santa Fe, lugar donde los planteles del primer equipo como así tan bien todas las divisiones inferiores, podrán efectuar sus practicas futbolísticas e inclusive concentrar antes de cada partido...
Pasada las 11,30 horas, el publico comenzó a concentrarse cerca del sector destinado para los actos principales, acompañados por el cuerpo técnico y todos los jugadores que componen el club Atlético Colon. Muchos de los asociados miraban detalladamente, asombrados y con orgullo todo aquello. Dentro de esa masa que caminaba al citado punto de encuentro en común, me encontraba yo, observando todo lo que pasaba a mi alrededor...
Ya es la hora indicada para el inicio del acto, el padre Axel (reconocido hincha de colon), se disponía a bendecir las instalaciones y posteriormente el presidente del club Germán Lerche, (como único orador), procederá a exponer su discurso y como es lógico, todos los presentes estaban muy felices de disfrutar de este momento histórico para el club... de pronto, sin querer, giré mi vista al fondo del predio, y allá a lo lejos, se divisé a una figura sentada en un banco. Estaba solo. Se trata de un señor avanzado de edad, pelo muy largo, enrulado y canoso. Parecía que encontraba disfrutando muy interiormente y en soledad de todo aquello... “un pedazo de historia de Colon” dije apenas reconocí aquella imagen...
No me equivoqué. José Luis Saldaño, o “poroto” como se lo conoce cariñosamente en la jerga futbolística, estaba solitariamente sentado, detenidamente observando todo, con muchas lagrimas en sus ojos, con miles de sensaciones que atraviesan en este momento por su mente... y no era de esperar otra cosa de alguien que paso por el club, que lo ama sin condiciones y es idolatrado por todos aquellos quienes lo vieron pisar las canchas y disfrutar de sus goles...
Ya la edad le jugo una mala pasada, y actualmente, para movilizarse, necesita de un bastón. Que ironía del destino, que un jugador guapo en todas las canchas y corpulento físicamente, hoy necesite de un bastón para caminar. El decidió no estar donde la multitud colmaba el acto principal... el viejo ídolo deseaba estar solo... algunos niños pasan a su lado correteando, buscando un autógrafo o foto del actual ídolo, Esteban “bichi” Fuertes, pero desconocen totalmente a aquella persona que esta solitariamente en el banco, imaginando que es alguien mas del montón... por allí, alguno que peinan canas, lo reconoce, se acerca y le dice cariñosamente ¡grande poroto! Y se funden en un abrazo... en ese ambiente, me acerqué a su lado y le pedí respetuosamente que me dedicara unos minutos de su tiempo para una entrevista, pidiéndole previas disculpas por arruinarle este intimo momento... claro, que, con una sonrisa amplia en su boca, me dijo que no me preocupe, que su día de felicidad ya estaba completo para el gracias a este acontecimiento histórico para el club Sabalero...
¿Esta disfrutando de este momento, José Luis?
Estoy muy contento, disfrutando de esta cosa maravillosa que hizo la gente de colon, por que es algo extraordinario y muy lindo el predio, y acá donde se van a ver y crear los grandes y futuros futbolistas de colon
Con sus años de vida dentro del club colon... ¿alguna vez imagino todo esto?
No, no, la verdad que no. Yo nunca me imagine ver esta cosa tan hermosa. Estuve en los vestuarios recién y es algo extraordinario, es algo grandísimo, es como un salón para hacer una fiesta. Faltan algunas cositas mas, los dirigentes me comentaron que están por hacer un hotel, con planta baja, ascensor y cochera para 30 vehículos y si llegan a concretarlo es algo muy grandioso para el club, algo grande como los grandes clubes de Europa... a lo mejor el presidente o quienes están hoy quieren algo mas así, a la altura de los jugadores que vienen al club
Siempre lo ve cerca del club, siguiendo las divisiones inferiores; observa muchos talentos para el futuro? Por que mucha gente se llena la boca hablando de las inferiores pero nadie concreta ninguna obra como lo hace colon en este momento....
Si, hay muchos talentos... como bien decís, siempre estoy observando los partidos de las inferiores y noto que hay muchos talentos al cual hay que trabajarlos. Yo todos los domingos voy a la cancha a ver al equipo de primera división, pero los sábados sigo muy de cerca las inferiores por que allí esta jugando mi hijo, que esta jugando en la tercera de la liga, recién lo estoy largando al ruedo digamos, tiene dos o tres meses jugando en cancha grande, a pesar que esta jugando desde los siete años en cancha reducida, y ahora lo largué a mi nieto que tiene 10 años, por la desesperación que tiene para jugar por colon, y lo mejor de mi nieto... (hace una pausa en la respuesta “poroto”) no sé, ojalá que lleguen, lo que yo quiero es que lleguen, y el mas grande tiene todas las condiciones para triunfar...
El mas grande... ¿salió al padre o sólo tiene alguna características del juego heredada?
Yo creo que él es mejor que yo, es un tipo muy hábil, muy habilidoso, es un zurdo muy vivo pero le falta un poquito de fuerza, le falta masa muscular, es muy flaquito, pero tiene todas las condiciones... yo era un tipo que sabia pegarle muy bien la pelota con cualquiera de las dos piernas, cuando venia cabeceaba muy bien, era rápido, son grandes condiciones pero no era hábil como este que te estoy diciendo yo...
Si bien muchos niños conocen a “poroto” Saldaño solamente de nombre, los mas grandes lo vieron jugar, pero si debería describirse a través de un jugador actual... ¿que jugador es mas parecido a usted teniendo en cuenta que ningún jugador es igual a otro?
Bueno... medio parecido así como de área, a mi me gustaba el que hasta hace poco jugaba en colon, Denis, me gustaba Graf también...
¿Usted tenia el modo de jugar como Denis?
No tanto por que yo era mucho mas rápido y cabeceaba mejor todavía, y le pegaba muy fuerte al balón, y el ultimo de los que me gustan como juega, esta en el club... es el “bichi” por que el “bichi” es muy parecido a mi, por que tiene potencia, fuerza, la velocidad, el modo de moverse, yo era un tipo que no me quedaba quieto en el área, entraba para acá, andaba para allá, siempre en contacto con el área, un rebote y estaba yo allí...
Ya que estamos hablando de su paso dentro de la cancha, me puede contar alguna anécdota que le gratifique o le guste recordar de su paso en colon?
Hay un montón de anécdotas, pero la que siempre recuerda la gente es que cuando vine con huracán a jugar contra de unión y me saque la camiseta cuando le hice los dos goles a los tatengues, y a eso todo el mundo lo sabe, es la que mas se acuerdan y la que saben los chicos y de la que siempre me preguntan por eso la cuento de nuevo y bueno, tengo muchas más anécdotas...
Y bueno... dígame la que usted mas le guste...
Recuerdo que me toco venir a colon de Rosario Central y me dice el Prof. Hurtado.. ¿como anda usted para correr? Le digo bien, por que yo en las sierras era muy destacado a la hora de correr, siempre le sacaba 3 o 4 kilómetros a los vagos .. entonces el Prof. me dice: “vos vas con el grupo de adelante” entonces salíamos desde La Guardia hasta el puente, y de ahí hasta el túnel...
¿Todo ello corriendo?
Si, todo corriendo, y por ahí me quede, y vino el Prof. y me pregunto que hacia sentado, y me pregunto.. ¿no era usted el que corría tanto? y le dije: “si, en la sierra hay aire puro, pero acá hay mucho calor, mucha humedad y uno no aguanta” (risas)
La ultima para dejarlo que siga disfrutando de todo esto... ¿algún otro sueño más para su colon, además de este que esta viendo con los ojos abiertos?
Y... el sueño de todo colonista... que alguna vez salga campeón, y nada mas... colon debe salir campeón por que los campeonatos de hoy en día están hechos para colon... hay tantos clubes que son mucho menos que colon y colon tiene un gran plantel y grandes jugadores de nombre, que lo pueden lograr. Y si ellos hacen las cosas bien, pueden salir campeón...
En ese momento, pasaba detrás mío una joven pareja, quienes le llamó la atención mi grabador y sin que el entrevistado se dé cuenta, esperaron la oportunidad para preguntarme en voz baja.... ¿quién es este señor a quien estas entrevistando?
Me di vuelta, y le dije... es “poroto” Saldaño....
“Uhhhh mirá quien esta acá (dijo a los gritos el novio) es poroto Saldaño... allí nomás se acercaron otras personas que deambulaban cerca, dejando su camino de lado para ir al acto principal y saludar y conocer al viejo ídolo, del cual se escucharon muchas leyendas por los rincones de la ciudad...
Nota: Elegí este título de la nota, por que el entrevistado en ese momento estaba hablando de su nieto y cuando mencionó esa frase, se le iluminaron los ojos, algo que no sucedió a lo largo de la entrevista. Me pareció emotivo ese momento.
Nota ElLitoral, de 12 de Abril de 2009
Reconocimiento sabalero...
El corazón de Poroto latió como nunca
José Luis Saldaño recibió el justo homenaje para un verdadero ídolo.
Entró con sus muletas. Se paró en la mitad de la cancha, cerró los ojos y recordó aquél 1975 cuando llegó a Santa Fe para convertirse en un gran ídolo. Su pasado estaba identificado con un equipo estupendo de Instituto, en el que compartió la delantera con Ardiles, Ceballos, Beltrán y Kempes. También estaba el enorme Daniel Willington. Un equipazo, aquél de Instituto, que por ese entonces militaba en la Liga cordobesa y jugaba los nacionales. Poroto era un delantero impetuoso, que a veces se volcaba por la derecha y que tenía la gran virtud del coraje. Y el gol, por supuesto. Pero su gran salto lo pegó en Colón. Y fue Colón el que lo catapultó a la selección y a Boca, donde fue campeón del mundo.
José Luis Saldaño cerró los ojos, derramó una lágrima, se golpeó con su palma derecha la parte izquierda de su pecho. Allí, donde ese corazón que tanto latía cuando se ponía la rojinegra, ayer se inquietaba otra vez por la emoción de la ovación, del cariño, de ese recuerdo que parece imperturbable.
Hubo gente grande, que peina canas, que conoció la cancha de Colón llena de tribunas de maderas, que se paró en la platea oeste, levantó los brazos y golpeó con fuerza sus palmas. Hubo gente no tan grande, que quizás no lo vieron jugar pero que aprendieron a conocerlo a través de sus mayores, de sus padres, de sus hermanos, de sus abuelos.
José Luis Saldaño no batió ningún récord en Colón. No es el que más jugó (ese privilegio lo tiene el Bambi Araoz, compañero de Poroto en ese inolvidable equipo del Gitano Juárez); no tiene el récord de goles (hoy de Fuertes, ayer de Di Meola); no integró el equipo que se clasificó subcampeón ni el que jugó la Libertadores; no ganó un ascenso... Pero Poroto, al igual que Cococho Alvarez, forman parte de la historia viva de Colón. Porque este cordobés, quien llegó a Santa Fe con todas las ganas de ser alguien en el fútbol, supo no sólo conseguirlo en base a entrega, fútbol y goles, sino que, además, se metió de lleno en el corazón del hincha.
Tipo sencillo, Poroto. Humilde, de enorme corazón, vivió momentos muy delicados en su vida personal (perdió un hijo) pero se ganó el cariño y el respeto de todos los sabaleros. ¡Cómo se habrá metido a Colón dentro suyo, que cada vez que enfrentó a Unión con la camiseta de Huracán o con la de Boca, jugó un partido especial! ¡Y hasta le gritó los goles!...
Ayer, la comisión directiva de Colón —en este elogiable y justo reconocimiento a quienes regaron con sudor, sangre y fútbol el césped del Cementerio— se acordó, en concordancia con el apoyo que está brindando la Agrupación Edgardo Di Meola, de José Luis Saldaño. Ahí estaban, muy emocionados, el tesorero Carlos Marín, el querido “Cabezón” José Luis De Sanctis (con su pequeña Gianella) y ellos, los miles y miles de hinchas que se levantaron de sus asientos o saltaron cuando vieron a ese hombre ya curtido por los años y por ese accidente que lo obliga a transportarse en muletas, pararse delante de la multitud y golpear con su palma derecha en su corazón alterado por la emoción.
“¡Hasta con muletas jugaba en Colón!”, habrá dicho más de una vez Poroto Saldaño. Ayer no jugó, pero entró a la cancha a reencontrarse con ese sonido que, para quienes se pusieron la rojinegra y fueron ídolos, se transforma en lo que, alguna vez, Perón dijo del pueblo argentino: “La más maravillosa música”. |